Fiestas Mayas

Quién no guarda en sus recuerdos las fiestas patrias de antaño, entonces no teníamos en cuenta si era fin de semana largo o no "¡25 de Mayo!"...
Y se nos llenaba el corazón de celeste y blanco, la escarapela en el pecho y la bandera ondulando en el mástil, las niñas con sus impecables guardapolvos blancos, duros como cartón por el almidón y las tablas con los filos casi cortantes, moños blancos y los zapatos de salir, los varones con cuello duro, corbata, medias tres cuartos y peinados con raya con una buena dosis de gomina.
En las plazas de los barrios los festejos comenzaban con los cañonazos de salutación disparados por los bomberos voluntarios, era el inicio de la evocación de los albores de nuestra patria.
Todos se congregaban en la plaza principal, el himno se cantaba con reverencia y emoción, las palabras del cura párroco abrían el acto.
Luego las de algún miembro representativo del gobierno o la intendencia y las mejores composiciones de los alumnos de las distintas escuelas de la zona, el homenaje central culminaba con el desfile de las fuerzas vivas, policía, bomberos, estudiantes, escolares, reservistas y gauchos con todas sus galas, al son de las marchas ejecutadas por la banda municipal todos se sentían partícipes y en cierta forma artífices de esa, entonces, patria grande, en el sitio de honor numerosos abanderados, elevando nuestra enseña patria, parecían parte del cielo cuyo color se confundía en una inmensa ola celeste y blanca …
"y los libres del mundo responden ¡Al Gran Pueblo Argentino Salud!"...
A la tarde, carreras cuadreras y de sortija para los mayores y palo enjabonado, carrera de embolsados para los más chicos.
Empanadas, locro y pastelitos.
Todo eso culminaba en la noche con un pequeño concierto y fuegos artificiales.
Ahora cada cuatro años reafirmamos lo que queremos para nuestros hijos.
Libertad y trabajo.
Sin la primera no existe el segundo.
Respeto y educación. Sin éstos se disgrega la sociedad.
Con Libertad, educación y trabajo, lograremos esa república grande que soñaron nuestros próceres. ¡Viva la Patria!
Fuente: Misia Miriñaque, en revista "Reunión de Administradores" Ed. 205